Evangelio según San Juan 1,45-51.
Natanael le preguntó: «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?». «Ven y verás», le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez».
«¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera».
Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús continuó: «Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees. Verás cosas más grandes todavía».
Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Reflexión sobre el Evangelio del Día
Jesús existió desde el principio, incluso antes de la fundación del mundo, por eso conoce todo de nosotros, nos ha visto antes de nacer, nos pensó y nos diseñó para existir en la tierra. Dios es todo poderoso y sabe todas las cosas, y las mismas se las comunica a su Hijo Jesús cuando lo mandó a la tierra a predicar las buenas nuevas. Por eso es que ya había visto desde mucho antes a Natanael.
¿Y saben algo? Natanael era un hombre con mucha fe en Dios, le habían enseñado las palabras de los profetas anteriores y estaba esperando la venida del mesías, o sea que estaba en constante conexión con el Padre, por eso es que cuando Jesús le dijo esas palabras de inmediato se le reveló que él era el Hijo de Dios. Y asimismo es que nosotros debemos estar cerca que Dios para estar apercibidos de lo que el Señor nos quiere mostrar y no lo pasemos por alto.
Así que creamos en Dios como Natanael creyó, solo así creeremos y veremos cosas mayores que el mismo Padre nos revelará. Veremos el cielo abierto para nuestra vida y en todo lo que nos propongamos, recordemos que Dios sabe todo, ve todo y está en todo; y por medio de su Espíritu Santo nos guiará a tomar las mejores decisiones o a encaminarnos por buen sendero.
Oración del Día
Ven Espíritu Creador
Ven Espíritu Santo Creador visita nuestras almas
Y llena con la gracia divina los corazones que tú creaste.
Eres fuente viva, fuego, amor y espiritual unción.
Fiel promesa del Padre que enriquece nuestra palabra.
Ilumina los sentidos, infunde amor en los corazones y
Conforta sin cesar nuestra fragilidad. Ahuyenta al enemigo,
danos pronto la paz y contigo como guía, evitemos todo mal.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y confiemos siempre en Ti,
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó y al Espíritu Santo, por todos los siglos. Amén
Salmos 35: 9-16
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra mí
E idean quitarme la vida.
Más yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.